sábado, 15 de agosto de 2009

Estábamos en el borde de la acera, esperando el paso. Los automóviles se seguían a toda marcha, el uno tras el otro, pegados por sus luces. No tuve más que empujar un poquito. Llevábamos doce años de casados. No valía nada.



-Max Aub, del libro Crímenes ejemplares-

2 comentarios:

jm dijo...

Los empujoncitos, un clásico para resolver problemas.

Salu2

Dante dijo...

Se necesita empuje para comenzar un nuevo día.

¡Salu2!