sábado, 27 de junio de 2009

Love her

La busco en un rincón de mis pensamientos. Es su cuerpo o la forma de hablar, cómo sus palabras se pierden entre mis huesos. La amo en la soledad del hombre que al salir tras años en una prisión cree que cada objeto es un barrote de celda.
Ella no sabe que la amo, pero aun así, esconde la llave.




-Alejandro Bentivoglio, del libro Revólver y otras historias del lado suave-

2 comentarios:

g dijo...

Qué bonito, me ha gustado mucho ¿tú cómo entiendes este cuento? Estoy leyendo La insoportable levedad del ser, de Kundera, y entiende el amor más o menos como yo este cuento, como un peso con el que se desea cargar como para no perderse volando en el vacío. No es precisamente lo mismo, pero en esencia sí, porque es una prisión, y para mí el amor no es una prisión. Quizá mi forma de verlo sea más simple, o menos dura. Para mí el amor es como la entrada de los primeros rayos de sol en una habitación en la que pasaste una larga noche iluminada con una sola vela. De repente, sin salir de esa misma habitación, todo se vuelve más claro, más cálido y más sencillo. Las sombras que produce el movimiento de la vela desaparecen y ya no tienes la impresión de ver arañas escondidas detrás de los muebles. Todo es más agradable y más divertido, y los días se resumen en una sonrisa serena cuando puedes ser tú mismo sin estar tú solo. Quizá quien escribió este cuento es un romántico y yo soy una cursi.

Dante dijo...

Yo lo entiendo como un atenazante infierno en el que vive el protagonista: la ama pero ella lo está sumiendo en un prisión que cada vez se le está haciendo más pequeña y donde ella es la única que puede liberarlo. Se puede tomar ese amor correspondido como una tortura o como algo liberador. El amor pudiera ser una prisión dependiendo de cómo actúa el otro y de cómo el otro se lo toma. Es un tema bastante complejo lleno de matices.
Lo de las arañas escondidas en los muebles me ha gustado mucho, me ha recordado a "La mígala" de Juan José Arreola, que además trata el mismo tema. Todo va hilado, como tus brillantes apuntes y comentarios.
No sé cómo es el escritor de este cuento pero si eres cursi háztelo mirar por un médico, jejejeje.