sábado, 4 de octubre de 2008

Esnobismo

Él sabía que la pistola estaba cargada y no deseaba morir, pero como sus amigos le advirtieron que fuese con cuidado, sintió el imperioso deber de cometer una originalidad y, sonriendo, se traspasó el corazón.




-Llorenç Villalonga, del libro Todos los cuentos II-

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